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Wednesday, April 13, 2022

Coordinación imperfecta

 "Soy Daniel", le dije por la ventana al chofer del Uber gris parado, la Casa del túnel centro de arte edificio de tres pisos a mi espalda tapando el muro fronterizo en la calle residencial de la Colonia federal.  Me miró y movíó la cabeza.  Al subirme atrás le dije, "Buenas tardes, qué tal, cómo va todo?"

"Buenas tardes", me dijo con el entusiasmo mínimo que requería una cortesía básica del servicio.

Dimos la vuelta hacía la plaza chaparral de la garita peatonal cerrada al público y al pasarla como que cedió a mi oferta de conversación, "Como que ya deben de abrir aquí, no?"

En eso me llegó un mensaje importante del trabajo y apenas le prestaba atención al amigo, "O sí sí, no sé por qué no la abren."

El siguió diciendo que ya las filas peatonales son largas en la otra garita y deben de abrir y yo prestandole atención cada vez menos leyendo mis mensajes.  "Perdón, me llegó un mensaje importante acá."  Ya no me dijo nada y seguí con mis mensajes unos 10 minutos más.  Cruzamos el puente sobre el rio de Tijuana y le seguimos por el blvd internacional con la vista de los  muros a la derecha donde, entre los barrotoes, se alcanzaba.a ver la expansión del estuario hasta el mar.  

Al ver la privada pegada al muro llena de mansiones lujosas en la entrada a Playas donde me han dicho que tiene una de sus casas Vicente Fernandez, guardé el cel y me di cuenta que nunca había entrado ahí y ni sabía por dónde.

"Tú sabes cómo se entra a esta privada?"

En eso nos detuvimos por el tráfico a un lado de una entrada que yo pensé que era para un hotel.

"Aquí" me dijo.

"O, como está un poco más adelante, no pensé que era la entrada a esa zona.  Todo los años que tengo viviendo en Playas y nunca sabía cómo se entra ahí"

"Sí, como Uber me han pedido servicio varias veces.  Es una privada, muy caro todo."

"Pero bonito, no?"

"O sí"

En eso empezamos a dar la curva en el Oxxo del toreo que marca la vuelta a mi calle.  Terminando la vuelta para entrar a la calzada, vemos a una mujer con una sudadera blanca y un hombre juntos parados en la orilla queriendo cruzar.  Ellos dentenidos esperando que pasáramos y el chofer también detenido esperando.  La muchacha empieza a cruzar mientras el muchacho se detiene y, a la vez, se dan cuenta de sus intenciones contrarias y él avanza y ella regresa y luego otra vez ella entra a la calle y él retrocede, el brazo de la sudadera blanca aleteando en el viento como la solapa de un vestido de baile foclórico y el chofer... "A ver, van a cruzar o no?" 

Y como si lo escucharan, por fin dejaron de dar sus vueltas de la dancita torpita y se detuvieron los dos a esperar.  

"Sí, verdad?" dije respondiendo  al comentario riéndome un poco mientras veía a la pareja por la venatan de atrás hablando tal vez discutiendo.  

"Como que ella quería cruzar y el no y luego él sí y ella no."

Me reí más y luego los dos juntos un poco hasta llegar a la puerta de mi casa.


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